De pie bajo la lluvia.

Ahí estábamos, frente a frente.

Estábamos de pie bajo la lluvia, bajo aquella noche de invierno.

Bajo esa lluvia, solo podía ver tu sonrisa, la que llegaba a mi ojos y traían consigo un sin de recuerdos.

Tu voz nacía desde lo más profundo de tu ser, ¿Qué pasa?

Otra vez de nuevo ahí estabas, lejanamente cerca.

Mi corazón te llama de pie bajo la lluvia, de pie bajo la lluvia te acercas en el sueño.

La vida es tan pequeña que cabe en una noche, esa nuestra noche.

Quizá fue la sombra y el ruido de esa lluvia que hicieron que corriera al encuentro de tus labios, al contacto de nuestros cuerpos.

Y ahí fue donde me vi envuelta en tus besos, de pie bajo la lluvia, envuelta en el sabor de tu boca y el olor de tu cuerpo.

¡Dios! Estúpidas mariposas han vuelto a revolotear en mi estómago.

Sí, me has dejado triste porque pienso que acaso ya no estarás conmigo cuando llueva de nuevo y no he de verte entonces de pie bajo la lluvia con las manos temblando de frío y de deseo.

Pero aunque habrán otras noches cargadas de perfumes y colonias, siempre he de recordarte de pie bajo la lluvia, bajo la lluvia clara de una noche de invierno….temblando de deseo…, recordando lo bien que nuestros cuerpos encajaban…!

¡Las mejores historias se han escrito bajo la lluvia…!