top of page

SÍGUEME:

  • Facebook

POSTS RECIENTES: 

Ese punto final.


Es bastante complicado sentirse bien cuando estas al lado de alguien que lo único que aporta a tu vida es amargura, lo cierto es que estamos tan acostumbrados a sentirnos en la obligación de aguantar a los demás y sacrificarnos que no nos permitimos mirar por nosotros y liberarnos de este tormento.

Les voy a contar, por muchos años viví un sueño que al final terminó siendo una pesadilla. Entre las mil mentiras, engaños, promesas sin cumplir, hasta el más cobarde de los actos de esconderse y negar lo que a simple vista es visible para un ciego.

A veces aunque duela es mejor saber decir adiós, y lastimosamente no supe hasta tocar fondo, que ese adiós se había avistado muy pronto. La vida se conforma de un continuo fluir, donde sólo los más valientes logran andar con la felicidad que merecen, la plenitud de las acciones que realizan y la satisfacción de sus resultados, yo, durante muchos años, no supe sacrificar “ese amor” de horas, por infinidad de días de felicidad y paz.

Así fue como me llegué a enredar, no con el peor error de mi vida, porque no lo odio, pero si con la persona que a la fecha ha sido la que más “miedo” le tiene mi autoestima, yo personalmente, solo le puedo agradecer el que aunque me tardara tanto en darme cuenta, la felicidad no es un asunto de “sacrifícate por mí, que yo lo haré por ti”, sino, de construyamos una vida juntos que implique tiempo, amor, sinceridad y sobre todo respeto.

En este punto ustedes dirán, porque no se alejó cuanto antes de esta persona, pues les digo que hay veces que no podemos llevar a cabo una fuga emocional y física, es difícil cuando tienes a esa persona cerca de ti, cuando ese punto final que pusiste, él le agrega dos puntos y se convierten en puntos suspensivos ,no es nada sencillo, más aún cuando dentro de nosotros hay un conflicto importante dándole toda la ventaja de conocer a nuestro “enemigo” nuestros comportamientos, sentimientos y hasta puntos débiles. Y es que déjenme decirles que también desde el primer día, y si hubo química a mil, las miradas que revelaban lo que pensábamos, pero saben qué, desde el primer día sabía que había una fecha de caducidad, no sé si habrá sido por mi inseguridad, o mi soledad que en ese momento sentía, pero al final él siempre conseguía su objetivo, siempre me convencía cada vez que “terminábamos” que había algo más y que no habíamos concluido “nuestra historia” (permítanme decirles que estoy riendo, “nuestra”…).

No voy a negarlo, disfruté mucho estar a su lado, pero tampoco puede taparse el sol con un dedo, cuando la felicidad tan solo dura segundos y todo el resto de tu vida te la pasas pensando en las mil cosas que en tu cabeza inventas y que para mi terrible experiencia, terminaron siendo toda una realidad. ¿Saben por qué terrible realidad? Bueno, cuando toda esta situación se complicó y ojo, muchos años después de estar en esa situación de terminar, volver, pelear, discutir, mil frases horribles, y hasta podríamos decir que agresión psicológica, se complicó cuando de manera “más formal” aparecieron dos personas más, llámese la esposa y el hijo (el cual hasta tuve el honor, porque es un angelito, de conocer), me pusieron entre la espada y la pared: elegir si lo era o no lo era y aquí me defiendo un poco, para este momento ya no tenía fuerzas, ya aquí literalmente estaba en el suelo, literalmente estaba desgastada, humillada y destrozada.

Por aquellas situaciones de la vida, alguien me había dado unas fuerzas, esas que guardas cuando ya todo deja de importarte, esa persona a la cual de cierta manera debo agradecerle que me devolviera aquella bonita sensación de sentirme “atractiva”, porque hasta eso había dejado de sentir, me reafirmó la firme decisión, la convicción y la moralidad que siempre había tenido: no convertirme en la otra. Y trilladísimo…. y en mi caso les digo que era la excusa más barata, no sacrificas tu vida al lado de alguien a quién no amas sólo por una mera “imagen”; escuché las mil promesas que hacen, las frases más torpes, cero fundamentadas, palabrería de bar le llamo, de un trago, un cigarro y se acabó, ahí quedó, créanme, conforme el tiempo pasaba y no lograba su objetivo, más desesperado se encontraba, mil discusiones, las típicas como dicen mis amigos de verdad, típicas de una abogada, ya él no las toleraba, esto se estaba convirtiendo en un concurso de jalar el mecate para ver quien pronto caería al lodo.

Bueno adivinen quien cayó al lodo? Les puedo decir que ambos, en mi caso, caí y me llevé un golpe durísimo, durante 5 años esa persona, esa costumbre me arrojó al lodo, me dio la espalda aquel día que decidió formalizar su estado, aquel que al inicio me llevó a los cielos con sus palabras destrozó mi corazón en mil y un pedacitos, que cada uno de ellos fue siendo pegado con manos amigas, el que me hizo recurrir a la ayuda de una psicóloga que me hiciera entender desde un punto de vista más neutral que yo no era la culpable, ni la que había causado todo esto. El cayó, claro que cayó y puedo decir que aún no se ha podido limpiar el lodo que lleva en su frente, ese mismo que cuando nos miramos cara a cara y nos dimos cuenta que esto llegaba a su verdadero fin, mantiene en su rostro esperando que vuelva donde él, ese mismo que él tiene, fue el que me ardió en mi rostro y adivinen? me quemó y salí corriendo a lavarlo, pero antes me levanté, con paso firme, caminé hasta donde él estaba y mientras caminaba con los ojos cerrados, uno a uno se fueron desvaneciendo sus recuerdos, uno a uno, sus desprecios, sus palabras hirientes, sus frases machistas, sus humillaciones fueron convirtiéndose en la firmeza de mis pasos y para cuando llegué donde él, con el rostro limpio, con el corazón con las marcas que había dejado, pero en un solo corazón, sólo pude sonreírle como a cualquier extraño que se cruza diariamente en mi camino, aquel extraño que sonríe pero que no permites que entre en tu vida.

Hoy sólo puedo decir, que gracias a los ángeles que puso en mi camino, esta historia es una más de aquellas en las que nos dejamos llevar por lo que sentimos, aquellas que nos ciegan y no nos dejan caminar libremente por la vida, la que nos roban aire y hasta juventud.

Hoy sólo puedo decir que gracias a él, cuando la vida me enfrente a una situación como esta, tengo las alertas para detectar lo que podría conllevar a vivir, pero también tengo el valor de poner punto final donde no caben los puntos suspensivos y también estaré eternamente agradecida por recordarme algo tan valioso como lo es el amor propio!!!

Ahora estoy convencida de la frase “cuando maduras tu concepto de amor cambia”, antes no tenía ni la más mínima idea de ese concepto porque no me tenía amor a mí misma. A esa otra persona, solo puedo darle las gracias por coincidir y encajar conmigo en algún momento de la vida en que las cosas no pintaban tan bien, por ser esa pieza que en su momento necesitaba para componerme, por intentar conocerme a sabiendas de lo difícil que sabía que podía ser, por impulsarme a que yo también lo hiciera. Gracias por la ilusión y también por la desilusión, por todo lo que pasó y lo que no pudo ser, por lo que se quedó en el tintero y lo que logró salir, por esos ojos que me mostraron el verde de la pradera en la que podía correr libremente y liberarme de todo eso que me tenía atada a un pasado inconcluso.

Lo que quiero decir con esto es que cuando de verdad sientes lo que hay que sentir no haces esperar nada, no echas un pulso “cabeza – corazón”, sabiendo que la cabeza lleva las de ganar, ahora soy de las que buscan la sonrisa porque no hay nada más bonito que alguien se enamore de tu alegría y últimamente, sonrío más que nunca.

Y lo más extraordinario es que no se lo debo a nadie, porque soy libre.


BÚSQUEDA POR TAGS: 

bottom of page